En esta entrada hablaremos de las hernias discales, los tipos, las causas y por supuesto, como podemos ayudarte si ya tienes o si crees que podrías tener una.
Antes de nada, empezaremos explicando brevemente la estructura donde se encuentran ubicadas – el disco intervertebral –
1 – Qué es una hernia discal
Este disco se encuentra entre las vértebras haciendo las funciones de amortiguador. Está compuesto por dos zonas claramente diferenciadas:
- El núcleo pulposo. Formado por proteínas de colágeno de distintos tipos, una molécula proteica llamada proteoglicano y agua (la cual es la que se encuentra en mayor porcentaje).
- El anillo fibroso. Formado por capas de láminas cuyas fibras se disponen de manera alterna en cada capa, lo cual le confiere más resistencia a la estructura

Estructura Disco Intervertebral por A.D.A.M. Interactive Anatomy
Sabiendo esto, podemos definir la hernia discal como el desplazamiento del núcleo pulposo debido a una deformación o ruptura del anillo fibroso.
2 – Tipos de hernia discal
Existen diferentes clasificaciones de hernia discal, veremos las dos principales a continuación.
2.1 – Clasificación por daños en la estructura discal
Para poder explicar mejor esta clasificación partiremos de un disco intervertebral sano como el que mostramos en la figura.

2.1.1 – Protusión discal
El núcleo pulposo impacta contra el anillo fibroso deformándolo, generalmente hacia la parte más frágil de este, la zona posterior. También puede atravesar el anillo fibroso impactando contra el ligamento longitudinal

2.1.2 – Extrusión
En este caso, el núcleo pulposo atraviesa además del anillo fibroso, el ligamento longitudinal .

estas pueden clasificarse a su vez en:
- Migración, cuando el núcleo pulposo extruido esta desplazado pero mantiene la continuidad con el disco de origen.
- Secuestro, cuando el núcleo pulposo extruido llega a romperse y, ocasionalmente, llega a desplazarse el fragmento liberado al canal espinal.
2.2 – Clasificación por orientación
Se pueden diferenciar cuatro zonas distintas, que provocarán síntomas característicos que permitirán diferenciarlas.

2.2.1 – Hernias centrales
Son aquellas en las que el material discal se dirige hacia el centro del canal medular. Normalmente aparecerán molestias en aquellos movimientos en los que la hernia -o protrusión- se proyecte más hacia la médula, como los movimientos de extensión, la posición de pie mantenida, la sedestación mantenida y con los aumentos de la presión intraabdominal (la tos, la defecación, estornudos, etc.).
Los síntomas que podríamos encontrar en este tipo de hernias son dolor lumbar a ambos lados de la columna. Por lo general los pacientes presenten una postura inclinada hacia delante, en ligera flexión lumbar, con el objetivo de abrir ligeramente la parte posterior del canal medular y conseguir así descomprimir la médula (lo que se conoce como posición antálgica) .
2.2.2 – Hernias paramedial
También llamadas posterolateral, son aquellas hernias en las que el material discal se dirige, dentro del canal medular, concretamente hacia uno de los lados de la médula a la altura de la formación de la raíz nerviosa. Por tanto, provocarán un aumento de la sintomatología del paciente, movimientos como las inclinaciones laterales de la columna hacia el lado contrario de la hernia, la extensión, los aumentos de la presión intraabdominal, la sedestación mantenida, etc.
Los síntomas más comunes son el dolor lumbar, aunque unilateral, además de una ciática del mismo lado de la hernia con dolor, cambios de sensibilidad en la piel y/o alteración del tono muscular en el recorrido del nervio de la raíz afectada. En este caso la posición antálgica en bipedestación sería una inclinación lateral de la columna hacia ese mismo lado, ya que así la raíz nerviosa se dirige hacia ese lado mientras que la hernia se «dirige» hacia el lado contrario a la inclinación.
2.2.3 – Hernias foraminal
Estas se dirigen de manera íntegra contra el agujero por el que emerge la raíz nerviosa. En este caso la bipedestación es muy dolorosa y aumenta con la extensión de la columna, la inclinación y la rotación a ese mismo lado ya que esto comprime más la hernia contra la raíz, así como con los aumentos de la presión intraabdominal. En este caso NO hay dolor lumbar, sólo presenta ciática. La posición antálgica de confort será en la que el paciente realiza una flexión de cadera, de rodilla y de tobillo con el objetivo de acortar al máximo el nervio afectado y así disminuir la sintomatología.
2.2.4 – Hernias extraforaminal
Son aquellas hernias que se dirigen por fuera y por delante del agujero por el que emerge la raíz nerviosa. En este caso tenemos dos tipos de hernias:
- La extraforaminal externa que se encuentra directamente por delante del agujero de emergencia de la raíz. Tendríamos síntomas en el mismo nivel en el que aparece la hernia, con síntomas de ciática (sin dolor lumbar) en ese mismo lado. La posición antálgica que adoptaría el paciente sería una inclinación contraria a dicho lado.
- la extraforaminal lateral que se encuentra en una posición más adelantada respecto a la externa. También tendríamos síntomas en el mismo nivel en el que aparece la hernia discal, con síntomas de ciática (sin dolor lumbar) en ese mismo lado. Sin embargo, la posición antálgica sería una inclinación hacia ese mismo lado de la hernia con el objetivo de quitar tensión sobre la raíz nerviosa.
2.2.5 – Hernias anteriores
Por último, las hernias anteriores son las que se encuentran por la parte anterior del disco intervertebral. No se les suele dar mucha importancia ya que no es común que den ningún tipo de sintomatología.
3 – Causas
Por lo general, los movimientos mal controlados, sobre todo en los que se realizan movimientos de flexión junto con rotación son los que producen mayor lesión de las fibras del anillo.
Otro factor que a largo plazo acaba lesionando las fibras del anillo del disco, es la gravedad de la Tierra. Cuando nos ponemos de pie, el peso del cuerpo (sobre todo en la zona lumbar) se apoya sobre los discos intervertebrales y esto provoca un «aplanamiento» discal con un abombamiento de las fibras del anillo. Eso sumado a las malas posturas, movimientos indebidos, patologías de base (escoliosis por ejemplo), etc, provocan una alteración de la distribución del peso en el disco intervertebral que hace que el anillo acabe deformándose y/o rompiéndose.
Lo más común es que de manera progresiva se vaya lesionando poco a poco. El disco se va deshidratando, perdiendo altura y por lo tanto capacidad de amortiguación y en ciertos momentos, a veces asociado a movimientos forzados, se rompen fibras del anillo fibroso y se produce una inflamación y en consecuencia un episodio de lumbago, lumbalgia o lumbociática. Son esos «pequeños» episodios de dolor lumbar agudo, con mayor o menos dificultad para moverse, que tenemos a lo largo de nuestra vida. No obstante, también se puede lesionar de manera aguda por traumatismos violentos y espontáneos (como por ejemplo un accidente de coche), aunque son los menores de los casos.
En la siguiente imagen os dejamos una serie de posturas y movimientos de la vida cotidiana en la que se muestra la cantidad de presión que tienen que soportar los discos intervertebrales a nivel lumbar, dada en kg/cm2:

Datos extraídos de «New in vivo measurements of pressures in the intervertebral disc in daily life.» Wilke HJ, Neef P, Caimi M, Hoogland T, Claes LE.
4 – Tratamiento de las hernias discales
Después de esta «breve» introducción sobre las hernias vamos a lo importe, ¿qué tipo de ayuda como fisioterapeutas especializados en osteopatía podemos ofreceros?
Lo más importante es realizar un diagnóstico diferencial del dolor que presenta la persona que acude a nuestra consulta. Por raro que parezca no siempre que hay una hernia hay dolor, ni siempre que hay dolor es debido a una hernia discal. Gracias a una serie de test específicos y a través de nuestra palpación, seremos capaces de identificar la estructura del cuerpo que os está provocando la sintomatología. (Si quieres saber más sobre por qué es importante que te trate personal sanitario pincha aquí)
Un gran porcentaje de los pacientes que acuden a nuestra consulta, derivados con diagnósticos de «lumbociatica» o «lumbalgia aguda», presentan un dolor de tipo lumbar con irradiación a uno o ambos miembros inferiores, con unas características muy concretas que no siempre se corresponden con las características del tipo ‘hernia discal’.
A veces lo que parece una lumbociatica provocada por una hernia, es una lumbociatica por irritación de todo el complejo de ligamentos que hay en la columna o en la pelvis. Otras muchas veces se trata de un dolor referido de origen visceral, generalmente las vísceras abdominales (intestino generalmente) ya que el mismo nivel medular que controla la sensibilidad de la zona lumbar controla la función intestinal.
Otro ejemplo que nos solemos encontrar, son pacientes con lumbalgia (con o sin irradiación) por musculatura de la zona lumbar o de la zona de alrededor y, lo más común, es asociar una ciática a una hernia discal cuando, en realidad, es el músculo piramidal el que está generando tensión sobre el nervio ciático y provocando los síntomas (conocido como pseudociática o síndrome del piramidal).
Por último, además del tratamiento proporcionado en vuestra clínica de confianza (aseguraos que cuenten con personal sanitario), es muy importante acompañarlo con ejercicios de fortalecimiento de la musculatura profunda del abdomen (eso que los modernos llaman «core»), intentar al máximo seguir los consejos posturales que os aporte vuestro fisioterapeuta y, cómo no, llevar una alimentación de lo más equilibrada posible y abundante en agua.
¡Gracias por vuestro interés! Si tenéis cualquier duda, escribidnos en los comentarios o coged cita, por nuestra parte estaremos encantaros de ayudaros.